Hue ye o cabo d’anyo d'o fusilamiento d’o dramaturgo espanyol Pedro Muñoz Seca, asesinato per as fuerças republicanas en a matança de Paracuellos. O suyo crimen: estar catolico.
Igual como el, e solo que en Paracuellos, 8354 mártirs estion executatos. O numbro lo da L’Archivero-Historiador d’a Real Academia de la Historia , Arsenio de Izaga, en a suya obra Los presos de Madrid. Recuerdos e impresiones de un cautivo en la España roja (Madrid 1940).
De Izaga, preso en a Cárcel Modelo −an que estió testigo d’as sacas d’os dias 7, 8 e 9 de noviembre− e evacuato dimpuesas t’a Cárcel de Ventas, nos ha dixato en ixas paginas un eixemplificador testimónio d’a valura de toz aquels mártirs:
“Ninguno renegó de sus convicciones religiosas y patrióticas. Ninguno dio la más leve prueba de vacilación ni de flaqueza. Todos se negaron a prestar adhesión al régimen que los estaba envileciendo, a pesar de que se les ofrecía como único medio de salvarse. Todos se animaban entre sí, y oponían a las blasfemas imprecaciones de sus verdugos, su fe de creyentes y su altivez de españoles. Todos recibían la helada caricia de las balas como el galardón eterno que el Cielo les tenía prometido y el beso que la Patria imprimía en sus frentes de Cruzados. Y no se había extinguido el eco de la última descarga, cuando aún resonaba en el espacio su vibrante grito, ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España!."
Agora, quan no fa que tres dias que o guvierno en funcions de Rodríguez ha concedito atros 5.6 millons d’euros a ixas asociacions que fan pocha de l’ódio e a mentira, ye menister que toz nusatros honremos a verdat. Espanyols, perdonaz; pero no olbidez: